SUCRE (Febrero)
CARNAVAL EN SUCRE, En esta histórica ciudad el Carnaval de antaño, convoca la participación de Comparsas el sábado, que ingresan por las calles de la ciudad, con trajes típicos de la región, acompañados de carros alegóricos. Una actividad que sobresale es el juego con agua y “cascarones” (huevos rellenos con agua de perfume) que son almacenados a lo largo de los meses que anteceden al Carnaval. Grandes y chicos practican esta tradición, que en grupos y al son de pequeños bandines de música, recorren las arterias de la Capital lanzándolos en las cabezas de cuanta chica aparezca.
SUCRE (Marzo)
Fiesta de Tarabuco
Esta festividad manifiesta la autentica demostración de sus habitantes en la música, danza, colorido y canto. Tiene su origen el 12 de marzo de 1816, protagonizada por los guerreros indígenas que enfrentaron y derrotaron al ejército español realista de los "verdes" (el nombre se debe al color de sus uniformes) que les duplicaba en número. La leyenda cuenta que al ardor de la batalla y en el éxtasis del triunfo uno de los bravos guerreros abrió el tórax de un vencido, le arrancó el corazón y comió de él fortaleciéndose con el valor de su enemigo. La sátira al conquistador se pone de manifiesto en detalles de la indumentaria que utilizan los bailarines en esta oportunidad: grandes espuelas y montera imitando el yelmo español.
El phujllay (significa juego) comienza con la celebración de la misa en quechua, continua con la entrada de grupos de bailarines a la plaza y la elección de la ñusta o virgen de la ceremonia ritual de la "pucara" -símbolo mágico y religioso-.
Terminada la danza ritual y luego de beber chicha y degustar platos de comida típica picante, los campesinos montan sus caballos y a los gritos de "Viva el Phujllay!" se alejan en busca de otras ofrendas folklóricas a la madre naturaleza, que consisten en alimentos (carnes, frutas, hortalizas, bebidas, panes) adornados con flores y plantas en un armazón en torno al cual se desarrolla la danza y la música.
Esta fiesta, que se lleva a cabo el segundo domingo de marzo, impresiona al visitante por la fuerza, colorido y belleza de la manifestación ancestral.